Hace unos días, la lista de los niños fue pensada y leída decenas de veces en la mesa de la cocina y la escribieron con lentitud con un lápiz con una goma medio mordida en lo alto. Mientras tanto, sus padres, los mayores, reflexionaron en silencio cuál de aquellos deseos de su lista personal para el año sería su preferido.Su lista no está escrita, ¡no vaya a ser que alguien les pillara deseando tanto!, pero la reflexionaron con paciencia durante muchas tardes.
Unos y otros se irán a dormir esta noche. Esperemos que al despertar, todos ellos descubran que algunos de sus deseos, de tanto quererlos, se hayan hecho realidad. Y que cuando esto ocurra, no puedan dejar de sonreir al menos durante unas horas.
¡Os imagináis un día de Reyes con cientos de caras amables! ¡Esto si que sería un regalo!
Vamos a desearlo, pues.
Feliz día de Reyes
2 comentarios:
un text molt bonic.
Fantástico, enhorabuena por tus palabras.Destilan una gran sensibilidad.Te sigo!
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