08 septiembre 2011

Luces Plateadas

La primera vez que fuí a una boda tenía 11 años. En aquel evento, me rodeaba un montón de gente desconocida que hablaba abiertamente de temas que aún no me habían enseñado en el colegio. Yo que era muy curiosa y tenía un gran afán por aprender, trataba de poner muchísima atención a las conversaciones para no perderme nada. Como mínimo, lo intentaba. Allí ví con mis propios ojos a mis padres divertirse a lo grande, más allá de las instantáneas que había en la caja de cartón que mirábamos con mi hermano los domingos por la mañana en su cuarto.Mi padre no paraba de reirse con sus amigos a carcajadas, poniéndose servilletas en la cabeza y pedía a gritos un brindís por los novios y otro más, mientras todas las señoras y también mi madre fumaban torpemente apoyando el codo sobre la mesa…¡no podía más que estar encantada observando aquel nuevo mundo!.
Como en aquella fiesta no había obligaciones ni horarios, fueron pasando las horas y el cielo se llenó de luces en forma de estrella...hasta que de repente alguien habló de que pronto habría que ir bajando a la discoteca.
-Papa, yo quiero ir.
A la sala de baile se accedía a través de unas escaleras en el mismo hotel, bajo un neón azul en el que se leía un nombre extrañísimo: “Boîte”. ¿Os imagináis a una niña espiando tras una puerta, oyendo como comenzaba a sonar una música en pruebas? Era una tentación demasiado difícil para pasarla por alto.
-¡Papa, yo quiero ir!.

Ahora no sé si las niñas hacen pucheros para convencer a los padres, pero en aquel momento, yo utilicé todos mis trucos para conseguir bajar los peldaños y abrir la enorme puerta de doble hoja que se cerraba tras de sí dejando atrás el silencio y la luz para dar paso a un lugar mágico, un sitio oscuro y brillante a la vez, donde la música nacía de las grietas de paredes y se pegaba al suelo, justo debajo de mis zapatos. Una enorme bola plateada giraba lentamente allá arriba justo en medio de la pista de baile, salpicando las paredes con un brillo metálico.
Sin pensarlo mucho, me solté de mi padre y me situé justo bajo aquel sol giratorio, en el centro de la pista aún vacía, y por primera vez me dejé llevar por la música que traspasaba con su volumen mis oídos y que por ingravidez se colaba en mi interior con una fuerza inusitada y me hacía mover sincopadamente todas mis extremidades. Al abrir de vez en cuando los ojos me aturdían unas luces azules, rojas, verdes y blancas, que también seguían el ritmo que se había adueñado de mi.
Fue un momento único, y que se borró en las entrañas del tiempo. Sin embargo, me he vuelto a acordar de él ahora, justo después de la última boda de uno de mis buenos y leales amigos. Repasando sus buenos momentos he ido retrocedido hacia atrás y he llegado sin querer hasta aquel hotel en Santa Susana donde descubrí un nuevo mundo no infantil.
Pocas veces me he dejado llevar de esa manera sin más, sin ayuda de gintònics o mojitos que me ayudaran a desabrochar  la racionalidad que me aprieta el alma…pero cuando sucede, me doy cuenta porque al abrir los ojos en medio de la pista, vuelvo a contemplar allá en lo alto una gran bola plateada que da vueltas, y vueltas, y vueltas...


Ps: Dedicat al Guiiiiillem, desitjant-li que sigui molt feliç.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

M'en recordo de les escales, m'en recordo que hi havia disco i m'en recordo que la esgelsia estaba 300 metros enrera de l'hotel per la carretera.

Qui es casava i el que va passar a dins el sopar, sense ajuda no ho recordo.

Cris dijo...

Que fuerte, no recordava que també hi havies anat tu!
Em sembla que es casava la filla dels senyors de la Morera que van cuidar al papa quan va venir a Barcelona...
Segur que ell et pot explicar el que passava al sopar...perquè de mi no te'n fiis, són imatges borroses, tretes de la caixa de cartró on guardaven les fotos i de les festes de petis on el papa era "el alma de la fiesta":"Y están clavadas dos cruuuuuuuces, en el monte del olvido..."

Guillermo HP dijo...

Doncs ara no recordo si al meu casament hi havia una bola platejada però el que tinc molt clar que hi havia era tothom qui jo volia que hi fos i espero que tot alló que jo volia que passes aquella nit és fes realitat i no era res més que la gent que estimo s'ho passes molt bé. Sembla fàcil però no sempre el que és fàcil es pot aconseguir.

Però espero que mai perdi a les mevesboletes platejades que sou la Laura i tu. Us estimo moltííísssssim

Laura dijo...

Ooohhh!! Que estic sensible i ploro!
Jo també us estimo!