Y de repente sucede algo.
Ese algo que pareces ver delante de ti te hace pestañear, no vaya a ser un arbusto,
un animal, una roca, un no sé qué al que tu imaginación ha dotado de vida al azar.
Primero pestañeas, y luego se contraen el resto de tus
sentidos, preparados para lo peor. No puedes hacer nada para impedirlo, a ellos les enseñaron que pasase lo que
pasase, tenían que estar listos para actuar en situaciones límite.
Primero pestañeas, luego contraes el resto de tus
sentidos, y luego vas reduciendo la velocidad de tu vehículo hasta detenerte
para llegar hasta la figura que está parada en el arcén.
No puedes articular palabra. En medio de la nada, hay una chica sonriéndote. Vestida de turista, bronceada por el sol, lleva una mochila a los pies y mantiene el brazo levantado. Al acercarte, te das cuenta que el cartón que lleva agitando desde que te vio a lo lejos pone tu nombre.
No puedes articular palabra. En medio de la nada, hay una chica sonriéndote. Vestida de turista, bronceada por el sol, lleva una mochila a los pies y mantiene el brazo levantado. Al acercarte, te das cuenta que el cartón que lleva agitando desde que te vio a lo lejos pone tu nombre.
No puedes decirle que no suba, aunque estés en shock. A partir de ahora tu trayecto será totalmente diferente…
Y de repente sucede algo.
Y desde entonces todo en lo que has basado tu existencia no
tiene ya sentido, ha perdido su valor. Y aunque te sorprendas, te enfades, te pongas triste o te preguntes porqué a ti, piensa que es algo que lleva mucho tiempo esperándote:
para mostrarte otro camino alternativo, una sorprendente forma de recorrer lo que te queda o quizás un nuevo y excitante destino.
para mostrarte otro camino alternativo, una sorprendente forma de recorrer lo que te queda o quizás un nuevo y excitante destino.