Después de la debida reflexión de estos días creo que puedo decir que soy de las personas que terminan el 2011 mejor de lo que empezaron.
Y es que a pesar de todos los sinsabores que salpimentaron este año que se cierra, yo me siento mejor conmigo misma, y ese descubrimiento tan crucial, es en realidad lo único que importa...
Y ello me hace sentir más FUERTE,
Y por eso me despierto más TRANQUILA,
Y por eso cada día puedo REIRME más,
Y ello me convierte casi en INVENCIBLE.
Por esa razón, en el día que se cierra un ciclo anual más, mi única petición al Universo es que me deje tal como estoy. Esto tiene un poco de truco, porque este deseo conlleva unos cuantas implicaciones, como:
Que me permita seguir elevándome por los cielos de mi querida ciudad para inventarme un cuento con cualquier excusa.
Que me siga alentando para seguir cambiando los versos de las canciones sin que caiga un chaparrón.
Que me acompañe en las frías mañanas cuando las cosas no vayan bien y en las heladas noches cuando todo siga pendiente de un hilo.
Que me continúe agraciando con la sensación de saberme especial y por ello, infinitamente libre.
Que me deje seguir ilusionándome por cualquier tonteria y que me haga olvidar cualquier contratiempo lo antes posible.
Desde hace un tiempo ya no pido ser feliz, porque un día descubrí a través de una persona que ya nacemos enteramente felices por el hecho de no tener que pensar para respirar…
¡Así que atentos todos a saber vivir esa Felicidad y a no perderla!
¡Así que atentos todos a saber vivir esa Felicidad y a no perderla!
¡A por nuestro 2012!