Hay personas que, por la razón que sea, nos
marcan para el resto de nuestras vidas. No son nada y todo a la vez. (Mujer Esponja).
Hay una canción que está llena de guitarras que me gusta
mucho. No la pongo habitualmente pero cuando la escucho me siento identificada
y me da un instantáneo subidón de felicidad. Comienza así: ella es fuerte y débil a la vez, pero así somos los dos…
Ella es fuerte y débil a la vez, pero tiene una
extraordinaria fortaleza interior. Creo que no es consciente de la capacidad insólita que habita en su interior capaz de revolverse y lanzarse,
sin temor, a combatir en las más heroicas hazañas sin
más escudo que su vida y su convicción…Es capaz de matar monstruos por ti, solo tienes que avisar…
Ella es una feroz heroína pero también una mujer de verdad.
Es capaz de arremeter contra cualquier injusticia pero al mismo tiempo nunca ha
dejado de soñar. Y cuando se deja llevar, cierra los ojos y se imagina
recostada en una tumbona azul y blanca frente una playa paradisíaca, vestida
enteramente de blanco, con un cocktail de frutas y pasión en la mano, mientras suena una música que la hace suspirar y todos los pensamientos se desvanecen adormecidos por el rumor de las
olas.
Ella es una mujer de carne y hueso y a la vez, el capitán de
los salmones. Una vez me preguntó: si yo fuera un animal, ¿cuál sería?. Lo
tuve muy claro: los salmones son capaces de realizar una odisea vital, como ella. Nacen
en un lago, y a pesar de la docilidad de sus aguas, un día una fuerza interior
les hace dejarse arrastrar por las cuestas imparables del río hasta llegar al
gran océano, donde los depredadores estarán esperando. El salmón sabe que tiene que aguantar todo el tiempo que pueda para aprender, para conocer, para madurar. Y el día
marcado, se dará cuenta que tiene que regresar y emprenderá su último viaje,
nadando a contracorriente hasta agotar las fuerzas para volver al lugar que le ha visto
nacer y dedicarse, ahora lo sabe, a aquello para lo que estaba predestinado. Ella está ahora en el camino y a pesar que encontrará muchos obstáculos, como embalses que saltar, trampas humanas que esquivar, incluso zarpas del terrible
oso de las que huir, regresará feliz a su puerto particular.
Ella es una noche de fuegos artificiales pero también un
pájaro con ansias de volar. Los días con ella pueden ser impredecibles, las
aventuras juntas, incontables, los traspiés, los equívocos y las carcajadas son elementos
habituales de nuestras fiestas de amigas. Y sin embargo a veces,
una ráfaga de aire frío recorre su espalda y encima de su cabeza surgen burbujas de dudas, de antiguas preguntas a las que quiere responder con buena
nota. Y sólo entonces, puedes ver como su sonrisa se esconde y se recluye en su
jaula particular. Aunque no tiene puerta, prefiere quedarse allí tranquila,
estudiando y aprendiendo, sopesando los pros y contras de cada decisión, y decide estar sola, porque es esta su lucha particular…
Y es que ella es fuerte y débil a la vez, pero así somos las
dos. Amigas y hermanas para siempre.