Llevamos unos días que amanecen grises y siguen así de tristes durante todo el día. Mientras, el trabajo no me concede tregua alguna y sobre todo, algunos ahí dentro se dedican a darme puntapies leves pero constantes. Todo ello conforma una espiral de tedio y de otoño. Asi que cuando el otro día sonó una canción del pasado por casualidad, volví mi mirada hacia las mañanas soleadas y a las tardes ansiosas por salir. ¿Por qué cuando nos hacemos mayores se nos escapan las ganas de huir hacia las noches estrelladas, de llenar las mañanas de pájaros y sueños?
Que sabré yo de cocinas, solo sé de comer solo, de eso si que entiendo…canta mi spotify mientras yo termino de pasar una tarde aburrida como pocas, de las que se anhelan después de pasar horas que se han deshecho entre problemas absurdos para cualquier marciano que viniera de visita a la tierra. ¿Por qué cuando crecemos somos capaces de ocupar el tiempo en tales tonterías sin cuestionarlas?, ¿dónde está la rebeldía para decir basta ya?
Lucha de gigantes convierten el aire en gas natural…deja de engañar, no quieras ocultar que has pasado sin tropezar…Sigue avanzando la música sin más, mientras yo pienso que sería increible quitarse el pijama y autopropulsarse, teletransportarse para ir a pasar un buen rato con los amigos, sin cansancio, sin dolor de cabeza, sin tener que pensar en nada, sin tener que decir algo correcto o pensar en decenas de cosas a la vez, como un malabarista de circo. ¿Por qué madurar significa perder la frescura para poder decir e-xac-ta-men-te aquello que te pasa por la mente?
Fue un pasatiempo, un capricho poco más, después amanecí dormido en un portal…me dice la canción de la que entiendo la letra mientras recuerdo mis ganas de aprender, mis interminables preguntas, el día que conseguí traducir a una amiga la letra de una canción en inglés inventándome la mitad de las palabras porque no sabía más. Qué difícil es ahora hacer que me escuchen, a pesar de la pasión que sigue envolviendo mi forma de ser: algunos no quieren hacerlo porque están pensando en decir lo suyo, otros lo hacen porque no tienen más remedio, y quizás unos pocos se evaden y sólo oyen un zumbido en lugar de mis palabras como hice yo tantas veces…¿Por qué con el tiempo se nos quitan las ganas de emocionarnos, de dejarnos llevar, de enamorarnos sin más?
Con todo este panorama, para que luzca el sol, mi amor,…, mi rayo de luz, no hay más remedio que rebelarse, echar a volar, así que estoy pensando en dar un enorme salto que me lleve hasta la cima de una montaña nevada, donde respiraré aire fresco y limpio y con las pilas cargadas, me deslizaré por la ladera gritando hasta no poder más. Justo abajo, me encontraré con una fiesta llena de gente buena, mis amigos, y con ellos me tomaré un mojito a la salud de todos los que me importan mientras se oirá una canción de fondo como la que ahora suena: Shine on, shine on, yes…!
PS. Título alternativo: tengo la gripe (bona apreciació Gina)
PS2: música de The New Raemon, versión de Antonio Vega por Love of Lesbian/Zahara, Francisco Nixon, De la Fé y las Flores Azules, The Kooks.